Iniciando la Cuaresma en Kirigueti
En la comunidad nativa de Kirigueti celebramos la Misa de miércoles de ceniza en el contexto de un curso de agentes pastorales. Con ellos, desde algunos años atrás, se vienen realizando proyectos de Formación y Liturgia. Como misioneros que buscamos asentar una Iglesia con rostro amazónico, queremos ahondar en su espiritualidad, para descubrir lo genuino de su cultura y ponerla en diálogo con el cristianismo y el deseo de que Jesús y el Reino también sean su proyecto personal y comunitario.
Durante la celebración usamos, como ceniza, un tinte de semilla natural, que nos recuerda que somos de la Tierra, que somos polvo, y a ella volveremos. La diferencia con la ceniza tradicional es que este tinte se queda impregnado unos días más... la Cruz en la frente nos puede durar hasta una semana. Varios hermanos la recibieron con ese convencimiento.
Durante la homilía, el evangelio de San Mateo, como cada inicio de cuaresma, nos proponía las tres prácticas cuaresmales del ayuno, limosna y oración. Compartiendo la palabra, los hermanos recordaban que a veces "se dieta" en la enfermedad y para tener una buena salud. Los matsigenkas son muy generosos ante la comida; pero también saben que a veces no hay lo suficiente. La práctica del ayuno puede ser vivida cuidando la salud personal y acordándonos de que a veces hay personas que no comen, y por eso no debemos abusar mucho ni de la comida ni la bebida. En las comunidades nativas la carne de res es cara, por eso no se consume mucho. Y solo cuando hay fiesta o se trata de una ocasión especial se caza algún animal de monte para el compartir comunitario. Nunca se abusa de la carne. La invitación del ayuno cuaresmal bíblico es una invitación a no "embotarse", llenando el cuerpo de vicios, dejando sin espacio a Dios y al prójimo, desde allí, nuestros hermanos saben que cuando hay se come y se comparte, y que nadie puede quedarse sin comer.
La limosna era otra cuestión delicada de abordar. Aun en las misas de Kirigueti y Timpía no se conoce la práctica de una limosna de templo, aunque bien conocen que en otras partes, cuando se va a la misa en una iglesia se pasa una canastita para colaborar con algún "sencillo". Sin embargo, se destacaba la importancia de los "apoyos" cuando alguien necesita de una ayuda por enfermedad o por estar celebrando algo. Los matsigenkas están aprendiendo a administrar su dinero, que es difícil de conseguir por la falta de empleo y oportunidades; a ello se suman el alto costo de vida en la Selva y las muchas tentaciones que llegan a las ferias y tiendas (objetos modernos, ropa, cerveza) que hacen que las monedas se esfumen en corto tiempo. La práctica ancestral del trueque se sigue manteniendo, aunque con nuevos significados: "Te apoyo para que luego me apoyes", "te apoyo porque te considero mi amistad"... En esta cultura, las relaciones son importantes para entrar en el mundo familiar y ser aceptado en la comunidad... la "limosna" tal vez no se vive de forma muy cristiana, pero sí hay tintes de humanidad en el deseo de apoyarse unos a otros.
Finalmente, la oración es una propuesta bastante conocida por nuestros hermanos. Ellos reconocen que hay un Dios detrás de todo lo creado. "Tasorintsi" suelen llamarle. Le invocan y le agradecen, se saben unidos a él, y quien sabe, muchos hayan logrado una relación personal en un diálogo espiritual. La invitación por parte nuestra no se hace esperar: "Hablen con Él, él los escucha"... entonces, sus miradas parecen llenarse de confianza.
Ha comenzado la Cuaresma, y con ella una nueva oportunidad de conversión y de regresar al Padre. Acompañando a nuestros pueblos, sabemos que es SU deseo el que caminemos junto a nuestros hermanos, para ser esperanza y contagiar esperanza en ellos que nos ven, como Misión, sus amigos... y eso les venimos repitiendo: "Queremos caminar junto a ellos, queremos ser sus amigos".
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