Vida y Espiritualidad de Santo Domingo de Guzmán: Introducción
Siembras la luz al pasar por estas tierras donde tu voz hoy
aún resuena:
Caleruega, Gumiel de Izán, Palencia, Osma, Las Marcas,
Prulla,
Fanjeaux, Toulouse, en Bolonia, Roma y el cielo donde ahora
estás.
Tú siembras luz en mi vida, Domingo, enciendes fuego en el corazón;
eres, maestro, mi luz de camino.
Sembraste la luz y la paz.
Hoy esa luz ilumina las nuevas tierras donde tu voz ha llegado:
Europa y América, Asia, África y Oceanía.
Al norte y sur del mundo estás, y desde el cielo nos
ayudarás.
¿Por
qué hablar de Domingo?
El olvido de Domingo
Siempre es un reto para los dominicos hablar de Domingo. La
historia de su canonización nos enfrenta al olvido que tuvieron sus primeros
hijos, quienes, tras la muerte del santo, decidieron enterrar su cuerpo bajo el
coro conventual de la iglesia de San Nicolás y evitar un culto popular (que ya se había ganado) para no
“estropear” la dedicación a la predicación en las que tantas veces el amigo de
Caleruega había insistido. Los frailes de la primera hora habían comprendido
muy bien cuál era su tarea frente al mundo: la predicación de la verdad y la
salvación de las almas, y querían evitar los tumultos de gentes y
peregrinos para dedicarse por completo a su obra, evitar también las críticas por las
ofrendas económicas (tras los milagros que se sucedían durante la muerte de
Domingo) y conservar el espíritu de humildad que tantas veces nuestro padre
había recomendado. ¡Pero, como dice San
Mateo, no se puede esconder la luz debajo del celemín! (Mt 5,14)
Como sugerencia principal sugiero NO quedarnos con biografías de
pocas páginas o audio-biografías (que están tan de moda en nuestros días). Si
queremos conocer a Domingo debemos ir a las primeras fuentes, recopiladas en el
famoso libro “Santo Domingo de Guzmán, fuentes para su conocimiento” (1987),
dirigido por Fr. Vito Tomás Gómez y Fr. Lorenzo Galmés. Aquí encontramos:
1. Orígenes de la Orden de Predicadores (Libellus), Cartas a
los frailes de la provincia de Lombardía y a Diana de Andaló, y la Oración a
Santo Domingo, escritos de Fr. Jordán de Sajonia.
2. El proceso de canonización de Santo Domingo, que comprende:
a) Mandato de Gregorio IX a los comisarios de Bolonia.
b) Actas de los testigos de Bolonia, Languedoc
c) Bula de canonización de Santo Domingo
3. El famoso documento “Los nueve modos de orar de Santo
Domingo”.
4. Narraciones de Santo Domingo, escritas por Pedro Ferrando,
Constantino de Orvieto, Humberto de Romans, Rodrigo de Cerrato, Gerardo de
Frachet (Vita Fratrum), Beata Cecilia Romana, Esteban de Salamanca, Don Juan
Manuel.
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