El desafío de una Iglesia con rostro amazónico


Del 29 al 31 de enero, en Lima, misioneras y misioneros de los ocho vicariatos eclesiásticos de la Amazonía peruana nos reunimos para compartir nuestros desafíos pastorales para trabajar de un modo más articulado. El objetivo: Una Iglesia con rostro amazónico. 

1. Una Amazonía amenazada. No es ninguna novedad. Hace décadas atrás y a través de diversas manifestaciones y declaraciones se habla del peligro constante que vive la Amazonía y de que se ha propalado un concepto erróneo de la misma. Pasó de ser un paraíso (como lo definía Magallanes), la casa de más de 3,000 pueblos originarios (y de cuántos más de los que ya no se tiene memoria) a ser una despensa, lugar de extracción, "tierra de nadie". Con el trastocamiento de su genuinidad, su belleza se ha visto desfigurada. Y no hablamos solamente de la Amazonía como "territorio", "espacio", sino de todos los ecosistemas vivos -o mejor dicho- sobrevivientes en ella. En la Amazonía está amenazados el suelo, el agua y los ríos, el árbol, los bosques y las especies, la cultura y la idiosincrasia de los pueblos y su gente, su buen vivir con sus valores de reciprocidad, misticismo y cuidado de la creación. Las amenazas han llegado a matar ecosistemas, modos de vivir y a sus propios habitantes; a cambio se les viene mendigando proyectos y cada vez más cemento, nuevos hábitos consumistas y facilistas, archivamiento de los casos de homicidio que "los dueños del mundo" quieren que pase al olvido histórico. 

2. Los difíciles caminos de la presencia misionera de la Iglesia. El siglo XX significó para la Amazonía un siglo de misión y de llegada concreta del Evangelio, de modo más estructural y organizado. Es ingenuo pensar que los misioneros y misioneras trajeron recién el cristianismo a la selva, pues de algunos u otros modos, el Evangelio estuvo llegando a zonas inimaginables... la cuestión era organizar la iglesia local a lo largo del territorio. Los informes presentados en el encuentro inter-vicarial dan cuenta de ocho jurisdicciones eclesiásticas, todos, vicariatos apostólicos: 
-San Francisco Javier (provincias de Bagua y Condorcanqui de Amazonas, provincias de Jaén y San Ignacio de Cajamarca),
-San José del Amazonas (región Amazonas), 
-Iquitos (provincias de Maynas y Loreto), 
-Yurimaguas (provincia de Alto Amazonas, Loreto), 
-Requena (provincias de Ucayali y Requena, Loreto), 
-Pucallpa (provincia de Coronel Portillo, Ucayali y parte de la provincia de Pachitea, Huánuco), 
-San Ramón (provincias de Chanchamayo y Satipo de Junín; provincia de Oxapampa de Pasco; provincia de Atalaya de Ucayali) 
-Puerto Maldonado (provincia de La Convención, de Cusco; distrito de Sepahua de Ucayali y todo el departamento de Madre de Dios). 
La presentación geográfica de los escenarios amazónicos dan cuenta, de primer momento, del vasto escenario de evangelización y la difícil articulación del trabajo en medio de una geografía accidentada, distante y con muchas dificultades que permitan un acercamiento presencial. Sin duda alguna, las redes de telefonía e Internet cada vez van mejorando, pero ¡qué importante es sentirnos cercanos a ellos!

3. Procesos de sinodalidad y de ministerialidad. Una característica de los vicariatos de la Amazonía es la falta de agentes pastorales para poder llegar a todos los pueblos/comunidades. En algunos lugares no ha llegado sacerdote/religiosa/catequista en años y la fe sobrevive gracias a anteriores procesos de acompañamiento que han dejado huella. Esta realidad ha propiciado propuestas de nuevas formas re-pensar nuestro ser cristiano y nuestro ser Iglesia en la Amazonía. Líderes y lideresas de comunidades nativas aparecen como nuevos profetas de nuestro tiempo, desafiando la incomprensión entre sus propios paisanos e iniciando pastorales creativas y revalorizantes de sus culturas, las mismas que quieren conservar en un constante diálogo con una Iglesia que, de entrada, actúa de forma "tradicional" cuando quiere evangelizar. 
Se espera el renacimiento de comunidades cristianas vivas, desde la fuerza de los laicos, con escuelas de catequistas y con nuevos ministerios que puedan paliar la imparable la falta de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada (diaconado permanente, líderes para comunidades locales, etc.) Se espera también el nacimiento de "vocaciones nativas". Por otro lado, se han ido instalando estrategias de sinodaliad, que enfrente el clericalismo tan acentuado en nuestra Iglesia. Claro, algunas comunidades lo han interpretado como "abandono". 
Para poder trabajar en sinodalidad se han organizado algunas comisiones/núcleos de trabajo: 
-Núcleo de Liturgia y Teología. 
-Núcleo de formación académica. 
-Núcleo de educación básica regular. 
-Núcleo de laicos y ministerialidad. 
-Núcleo de pastoral indígena 
-Núcleo de pastoral juvenil. 

Estos son algunos aportes de lo que se viene reflexionando en nuestro encuentro inter-vicarial. 



Comentarios

  1. Frente a una realidad tan cruel que viven nuestros hermanos de la amazonia, es grande el reto de nuestros hermanos que representan a la iglesia, sólo queda apoyarlos en un deseo conjunto; gracias por esa gran labor emprendida con amor convicción. Bendiciones 🌹

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Necesitamos una Iglesia con rostro amazónico, en que los mismos protagonistas sean nuestros pueblos. Es un sueño de la Iglesia y de Dios. Saludos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares